lunes, 19 de julio de 2010

La tan deseada imagen

En los tiempos que nos ha tocado vivir, el culto a la imagen es algo que invade todo lo que hacemos. En el sentido físico esta claro que una buena imagen abre puertas y que se valoran mucho mejor las “tabletas” que los “michelines”. No hay más que ojear cualquier revista y hay están todos los guapos y guapas del mundo luciendo palmito, son tan agradables de mirar. Venden su producto sin darse cuenta del reguero de complejos e inseguridades que van creando con sus poses.
Los estándares de belleza son muy exigentes, y para poder llegar a ellos se considera normal gastar grandes sumas de dinero; conseguir el aspecto perfecto es la meta a conseguir, y para ello se ha creado alrededor toda una industria: gimnasios, cremas, peluquería, cirugía, tatuajes, piercing…. Sin distinción, tanto hombres como mujeres en una carrera por transformarse que parece conducir irremediablemente hacia un modelo andrógino, donde cada vez es más difícil saber quien es quien y de cuales es. La tan traída y llevada igualdad ha tomado un camino muy sorprendente y en esto de la imagen nos estamos igualando mucho más rápido que en las cosas realmente importantes. Son las paradojas de la vida, nos igualamos en lo superficial mucho antes que en lo trascendente.
La dimensión social del culto a la imagen es otra cosa, no requiere tanto esfuerzo y sale mucho mas barato, incluso gratis. En la mayoría de ocasiones basta con adoptar una serie de gestos inútiles y proyectarlos de la forma correcta para que nuestro compromiso con la sociedad quede patente ante los demás. No se trata de lo que se hace, sino de cómo se hace, de que se vea bien.
Es muy fácil, por ejemplo, ponerse en la primera fila de una manifestación pidiendo el 0,7% del PIB a favor del tercer mundo, todos los medios de comunicación se harán eco, la imagen publica quedara impecable y todo a coste cero. Es lo que yo defino como capitalización de la ética: mínima inversión, máximo beneficio.
También es muy socorrido, ir al frente de la manifestación del uno de Mayo, la mayoría de los de la primera fila ni se acuerdan de cuando fue la ultima vez que trabajaron, para algo son liberados, pero son los abanderados de los derechos de los trabajadores, y socialmente están muy bien vistos.
Así podríamos seguir durante horas, ejemplos sobran, porque en nuestro país es algo muy frecuente y hay una casta que lo explota con una soltura que da miedo.
La última ha sido la de poner voz a los que ya no pueden hablar, cosa que en un principio puede parecer una tarea loable y noble, se podría decir que es como dar una oportunidad a estas personas para reivindicarse, ya que en su tiempo no pudieron.
Lo malo es que lo han hecho los de siempre y han dicho sobre todo lo que a ellos les conviene que se escuche. Y si algo es seguro es que estos al final siempre pasan el sombrero.

2 comentarios:

  1. Una entrada muy acertada.
    Mi principal objetivo es ser metrosexual y pensador, lo cual tiene su coste. Pero ojo, ser como Homer Simpson es mucho mas caro, sobre todo si tomas heinekenm que vale ya un pico.
    Conclusión: Nos sale mas caro a los de izquierdas ser de izquierdas, que a los de derechas ser de derechas.
    Salu2

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  2. Mi Mamen me dice, que mis tabletas se han derretió, bueno, eso si las tuve alguna vez, y mis niñas me dicen, te estás quedando calvo a roales, pa chillar¡¡¡ aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa, así que estoy pa meteme en un spam de esos.... y pa un tratamiento anticaidadepelo, ( cuesta de Enero)
    Si te echas una cremica cuando tienes la piel más seco que el bacalao, y te pica la piel como si tuvieses un batallón de pulgas atacando todas a la vez, entonces te echas la de Mercadona multiusos por 1.50 eso lo arregla todo, no sé si pa el pelo funcionará, lo que sique se que para las tabletas vá a ser más complicado.
    -Una imagen vale más que mil palabras, pues la foto de turno y en el momento preciso, lo hace todo, en eso los politicos, ván a seguir a la cabeza y en primera fila.

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