sábado, 27 de noviembre de 2010

OBRA PUBLICA, INDIGNACIÓN PRIVADA

Hay cosas que me indignan mucho mas de lo soportable, y una de estas cosas es el interés desmedido que tienen los políticos en mejorar mi calidad de vida futura, a base de joderme la vida en la actualidad durante todo el tiempo que a ellos les parece conveniente y que nunca es corto.
Yo entiendo que la ciudad es un ente vivo, en permanente construcción y remodelación, hasta ahí bien, pero otra cosa son estos políticos tan inútiles y los técnicos de los que se rodean que no tienen en cuenta en ningún momento la idea de que el ritmo de la ciudad no debe pararse y que a los ciudadanos hay que molestarlos lo menos posible durante la ejecución de las obras.
Salir a pasear, a disfrutar la ciudad se ha convertido en un tormento, con tal cantidad de vallas, protecciones, socavones y el ruido infernal que generan las obras no se sabe muy bien en algunos momentos si estas en tu ciudad o estas en mitad de una zona de guerra.
Cruzar una calle se convierte en un calvario, a veces parece que te has metido en un laberinto que no sabes muy bien donde te va a acabar llevando, y mañana mira antes de ir a cruzar por que igual te lo han cambiado de sitio.
Me imagino lo difícil que tiene que ser todo esto para las personas mayores o con algún tipo de impedimento físico.
Si andando es deprimente, el desplazamiento en coche o en transporte publicó es como para echarse a llorar directamente.
Me pregunto si soportar todas estas incomodidades tendrá su recompensa cuando todo este terminado, pero mucho me temo que conociendo la calaña de los que nos gobiernan, para entonces ya habrán inventado otra remodelación y volveremos otra vez al principio.